13 mil años de historia
El sonido del viento envuelve al visitante cuando ingresa al Museo Leleque. Allí conviven 13 mil años de historia patagónica: desde el ingreso de los pueblos originarios, los hallazgos arqueológicos y sus pinturas y grabados rupestres hasta los cambios y conflictos en las sociedades que poblaron este territorio narrados por los descendientes de sus protagonistas. Esos pequeños objetos que pasaron de generación en generación hasta arribar al museo representan el paso del tiempo en una región con identidad cultural propia. Aventureros, buscadores de oro y bandoleros norteamericanos también buscaron refugio en "el país del viento". Y su paso parece sentirse en el recorrido por las cuatro salas principales del museo. Un marco imponente
El Museo Leleque está en el kilómetro 1.440 de la ruta nacional 40, en Chubut. A 20 kilómetros de El Maitén, 90 de Esquel y 180 de Bariloche. Y dentro de la estancia que lleva su nombre, que es de la Companía de Tierras del Sud Argentino, propiedad de los hermanos Carlo y Luciano Benetton. Lo rodea un imponente paisaje cordillerano. El grupo Benetton fue el principal sponsor del museo: invirtió 800 mil dólares y financiará con 60 mil anuales el funcionamiento del Instituto de Investigaciones del Hombre Patagónico y su Medio.
El museo se dividió en cuatro salas. Una se llama Pueblos originarios, donde hay herramientas de piedra y hueso, restos de fauna y vegetales que permiten reconstruir la historia de los primeros pobladores, desde hace 13.000 años. Otra sala se llama El contacto. Allí se cuenta la historia de los primeros euro peos que arribaron a la Patagonia en el siglo 16, de las relaciones conflictivas con los indígenas y de la Conquista del Desierto. También está el espacio sobre Inmigración, tierra y capitales, que cuenta el desarrollo económico de la región.
Y, por último, La sociedad patagónica, donde se relata el impacto de la llegada de inmigrantes chilenos, libaneses y europeos, de los aventureros y los bandoleros norteamericanos, del ferrocarril y las comunicaciones. En otro edificio se reconstruyó un boliche, que recrea con una impecable ambientación de época un almacén de ramos generales de la década del 20. El museo se nutrió además de aportes de familias y pobladores patagónicos. Por eso, detrás de las vitrinas, la historia oficial deja paso a la historia doméstica: trajes de novia, cochecitos para pasear bebés, máquinas de coser y libros de viajeros se mezclan con toldos indígenas, quillangos (manta hecha con piel de guanaco), puntas de flechas y boleadoras.
Y pueden verse y leerse textos sobre el rechazo de las prostitutas a los soldados de la Campaña del Desierto y el libro de registros donde el bandolero Butch Cassidy aparece como un próspero y respetable ganadero.
El proyecto comenzó a plasmarse en 1994 con el primer contacto entre Carlo Benetton y un coleccionista de Puerto Madryn (ver El hombre...). Y en 1996 se formaron los primeros equipos de trabajo.
El Museo Leleque está en el kilómetro 1.440 de la ruta nacional 40, en Chubut. A 20 kilómetros de El Maitén, 90 de Esquel y 180 de Bariloche. Y dentro de la estancia que lleva su nombre, que es de la Companía de Tierras del Sud Argentino, propiedad de los hermanos Carlo y Luciano Benetton. Lo rodea un imponente paisaje cordillerano. El grupo Benetton fue el principal sponsor del museo: invirtió 800 mil dólares y financiará con 60 mil anuales el funcionamiento del Instituto de Investigaciones del Hombre Patagónico y su Medio.
El museo se dividió en cuatro salas. Una se llama Pueblos originarios, donde hay herramientas de piedra y hueso, restos de fauna y vegetales que permiten reconstruir la historia de los primeros pobladores, desde hace 13.000 años. Otra sala se llama El contacto. Allí se cuenta la historia de los primeros euro peos que arribaron a la Patagonia en el siglo 16, de las relaciones conflictivas con los indígenas y de la Conquista del Desierto. También está el espacio sobre Inmigración, tierra y capitales, que cuenta el desarrollo económico de la región.
Y, por último, La sociedad patagónica, donde se relata el impacto de la llegada de inmigrantes chilenos, libaneses y europeos, de los aventureros y los bandoleros norteamericanos, del ferrocarril y las comunicaciones. En otro edificio se reconstruyó un boliche, que recrea con una impecable ambientación de época un almacén de ramos generales de la década del 20. El museo se nutrió además de aportes de familias y pobladores patagónicos. Por eso, detrás de las vitrinas, la historia oficial deja paso a la historia doméstica: trajes de novia, cochecitos para pasear bebés, máquinas de coser y libros de viajeros se mezclan con toldos indígenas, quillangos (manta hecha con piel de guanaco), puntas de flechas y boleadoras.
Y pueden verse y leerse textos sobre el rechazo de las prostitutas a los soldados de la Campaña del Desierto y el libro de registros donde el bandolero Butch Cassidy aparece como un próspero y respetable ganadero.
El proyecto comenzó a plasmarse en 1994 con el primer contacto entre Carlo Benetton y un coleccionista de Puerto Madryn (ver El hombre...). Y en 1996 se formaron los primeros equipos de trabajo.
EL HOMBRE QUE LE DIÓ IMPULSO
Una carta que el colecccionista de Puerto Madryn Pablo Korschenewski le envió a Carlo Benetton en 1994 fue la piedra fundacional del Museo Leleque. Benetton le contestó un año y medio después y ambos se reunieron en Madryn. "Quiero que con mi colección se haga un museo y un centro de colección en la Patagonia", le dijo el coleccionista. Y el museo se puso en marcha.
Korschenewski nació en Odesa, Ucrania, en 1925. Llegó a la Argentina en 1948 y cinco años más tarde se radicó en la Patagonia. Trabajó en las minas de carbón de Río Turbio y en 1960 llegó a Puerto Madryn.
Su colección arqueológica de 14.000 piezas es la columna vertebral del museo. Korschenewski insistió varias veces ante el municipio de Madryn para donar su colección, pero nunca fue escuchado. Su trabajo estaba bajo la custodia de la Fundación Ameghino hasta que llegó a Leleque. Buena parte de su colección hoy puede verse en él.
Contactos:
Te.: 02945 - 452600 / 455151 interno 24
Coordenadas: -42.39733, -71.09039
Ruta Prov. Nº 15 - Chubut - Patagonia Argentina
Horarios:
Enero y Febrero de 11 a 19 horas.
Marzo y Abril de 11 a 17 horas.
Mayo y Junio CERRADO
Julio y Agosto de 11 a 17 horas.
Septiembre CERRADO
Octubre a Diciembre de 11 a 17 horas.
24, 25, 31 de Diciembre y 1º de Enero: CERRADO
Los días miércoles permanece cerrado.
Valor de la Entrada
Mayores $2000
Menores de 12 Años $1500
Jubilados $1500
Alquiler de Audio Guías $500 Esp/Eng
Admission
Adults $2000
Children under 12 years $1500
Seniors (65 And Older) $1500
Rent for Our Audio Tour $500 Eng/Esp
Korschenewski nació en Odesa, Ucrania, en 1925. Llegó a la Argentina en 1948 y cinco años más tarde se radicó en la Patagonia. Trabajó en las minas de carbón de Río Turbio y en 1960 llegó a Puerto Madryn.
Su colección arqueológica de 14.000 piezas es la columna vertebral del museo. Korschenewski insistió varias veces ante el municipio de Madryn para donar su colección, pero nunca fue escuchado. Su trabajo estaba bajo la custodia de la Fundación Ameghino hasta que llegó a Leleque. Buena parte de su colección hoy puede verse en él.
Contactos:
Te.: 02945 - 452600 / 455151 interno 24
Coordenadas: -42.39733, -71.09039
Ruta Prov. Nº 15 - Chubut - Patagonia Argentina
Horarios:
Enero y Febrero de 11 a 19 horas.
Marzo y Abril de 11 a 17 horas.
Mayo y Junio CERRADO
Julio y Agosto de 11 a 17 horas.
Septiembre CERRADO
Octubre a Diciembre de 11 a 17 horas.
24, 25, 31 de Diciembre y 1º de Enero: CERRADO
Los días miércoles permanece cerrado.
Valor de la Entrada
Mayores $2000
Menores de 12 Años $1500
Jubilados $1500
Alquiler de Audio Guías $500 Esp/Eng
Admission
Adults $2000
Children under 12 years $1500
Seniors (65 And Older) $1500
Rent for Our Audio Tour $500 Eng/Esp