Este rálido de unos 30 cm se encuentra en las lagunas de los alrededores de Esquel y en casi todos los humedales del país, excepto donde la cordillera de los Andes supera los 3.500 m de altura. Como rara vez abandona los juncales o pajonales que habita no es fácil verla, aunque si escucharla, ya que tiene un canto estridente y característico. No existe diferencia entre los sexos y los juveniles tiene las patas y el pico de color negro. Se alimenta de invertebrados e insectos que extrae del barro. Construye un nido con aspecto de plataforma con plantas acuáticas secas a poca altura por sobre el nivel del agua, y pone de 5 a 10 huevos de color crema con manchas pardas.